El jardín o huerto es un espacio creado por la mano del hombre (o la mujer) que no admite a ciertos intrusos, como topos, pájaros que devoran semillas o frutos, colonias de hormigas, ratas, etc. Contra todo este surtido de invasores molestos y perjudiciales existen métodos de diversa índole, empezando por la química.
Pero en unos tiempos en los que se valora cada vez más lo ecológico, podemos encontrar soluciones y apoyos que se basan en la tecnología de los ultrasonidos y hay diversa empresas especializadas en las diferentes frecuencias que mejor funcionan con cada grupo de bichos o alimañas que no queremos ver merodeando por nuestros precioso jardín o entre nuestros cultivos.
Así que tenemos un ahuyentador específico para topos, otro para aves y otro para hormigas, cada uno con su emisor dedicado a los representantes de las especies que pretendemos espantar o alejar. La mayoría emiten en frecuencias variables y de forma aleatoria o cuando detectan movimiento, de modo que evitamos que los animales se acostumbren.
Los que aquí presentamos se alimentan de energía solar, por medio de una célula que carga una pila recargable. La asociación de la energía solar y los ultrasonidos en estos aparatos portátiles y económicos es una combinación de fuerzas muy práctica y útil, ya que nos evita costosas instalaciones eléctricas. Se suelen clavar en el suelo y están listos para funcionar en cuestión de minutos.
Algunos llevan incluso flashes estroboscópicos para ahuyentar a mamíferos, como zorros, gatos, perros y demás.
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